Hoy os quiero hablar de una tendencia que cada vez está ganando más adeptos y son las bodas de invierno. Hace unas semanas, tuve el place de vivir una de las uniones más mágicas que recuerdo, la boda de mi gran amiga y diseñadora de moda, Arancha Arizmendi con Ignacio Lallana, Director General de Oliva Iluminación. Diciembre fue el mes elegido y su propia casa el escenario perfecto para organizar una celebración romántica y llena de calidez. Los Peñotes hicieron su magia convirtiendo el decorado en un bosque de invierno y Oliva Iluminación aportó la luz, combinada con velas y siete hogueras. Calor, luz y música se fundieron con la maravillosa banda sonora del Cuarteto Suites.
Como amante de la moda, me hablaron de los looks de los novios: Él, smoking de lana de cashmere azul de Armani combinado con camisa a medida de la colección Personal Tailoring de Massimo Dutti Serrano, con las iniciales de los novios bordadas en los puños. Completaba el look con una pajarita a juego también de Armani, gemelos de Gucci de su última colección Anger Forest con cabeza de lobo en plata y zapatos Oxford de Crockett and Jones en piel y charol traídos de Inglaterra, Northampton para el gran día. Arancha, por su parte, hizo su entrada junto a 8 madrinas (entre las que me encontraba. Gracias, Arancha, fue un honor!) mientras sonaba la pieza Laschia Chio Pianga de la ópera Rinaldo interpretada por una soprano. Deslumbró con un espectacular vestido en crepe blanco con la espalda abierta que firmaba Óscar de la Renta con visón blanco de Sandra Betancor, velo de encaje francés e hilo de seda con piedras, creado por nuestra amiga Elena Valero y zapatos de Jimmy Choo, que, como manda la tradición, fue el artículo “prestado”, en este caso, por mí
Arancha completaba el look con unos pendientes de Carolina Herrera.
En cuanto a los detalles, no puedo dejar de alabar el ramo de la novia, un precioso bouquet de anémonas diseñado y elaborado por Los Peñotes, que añadía ese toque romántico y cálido pese al frío de diciembre. En cuanto a las alianzas, las firmaba Rabat.
La celebración tuvo lugar en El Club de La Moraleja, para la que los novios nos tenían reservadas múltiples sorpresas, entre ellas un cambio de outfits: Para la entrada, él de Carolina Herrera en terciopelo azul, ella de Roland Mouret en blanco roto y estola de Rosa Clará. Para el romántico baile, Arancha terminó con una falda de tul de Paolo Sebastian y blusa de Pedro del Hierro.
Miles de momentos inolvidables, con una gastronomía de primer nivel, y detalles que siempre quedarán en mi recuerdo, como los dos tatuajes que se realizó uno con las iniciales de sus seis hijosos y el otro con la firma de su ya marido. No puedo más que finalizar esta entrada dando nuevamente la enhorabuena a Nacho y Aranzazú, deseándoles toda la felicidad del mundo y que la sigamos compartiendo por muchos años más.